En la mayoría de las relaciones económicas se produce un binomio indisoluble entre el crédito y la deuda; es decir, que mientras una de las partes de la relación tiene derecho a cobrar, la otra parte carga con una recíproca obligación de pagar. Esta situación no genera mayores problemas si la relación va fluyendo de forma equilibrada y normal, pero entra en crisis cuando se empiezan a producir disfunciones en el pago (retrasos o impagos). Y es aquí cuando suelen entrar en juego los intereses.
¿Qué es el interés legal del dinero?
Conceptualmente, podemos decir que es una forma de defensa que la ley establece frente a posibles incumplimientos económicos en las relaciones contractuales.
Estos incumplimientos producen una pérdida en las expectativas de la parte con derecho a cobrar, que derivan en un perjuicio económico que se ha de subsanar de alguna forma, para mantener el equilibrio «derecho-obligación». Y el vehículo de subsanación que establece la ley es el pago de intereses. Además, esa subsanación opera con carácter automático, ya que los intereses van a ser exigibles siempre, salvo que expresamente se haya pactado su no exigibilidad.
Como antes hemos dicho, se trata de una previsión legal y su regulación básica la encontramos en el artículo 1.108 del Código Civil, que dice: «Si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero, y el deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de los intereses convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal».
De acuerdo con lo anterior, se deduce que el recurso al interés legal del dinero se producirá solo si se dan las siguientes circunstancias:
1.- Se produce una disfunción en el pago (retraso o falta de pago en las condiciones acordadas)
2.- Las partes no han acordado expresamente el devengo de intereses
3.- Las partes han acordado el devengo de intereses, pero sin determinar la fórmula a aplicar para calcularlos (circunstancia bastante más habitual de lo que pudiera parecer).
¿Cómo se establece el interés legal del dinero?
El interés legal del dinero se establece atendiendo a la tendencia general de los mercados financieros, y se determina cada año en la correspondiente Ley de Presupuestos. Así, para el año 2019, el interés legal del dinero está fijado en el 3% (Ley 6/2018, de 4 de julio). Habrá que estar pendientes de si el legislativo aprueba la nueva Ley de Presupuestos y se fija el interés legal para 2020.
¿Para qué se utiliza?
Pero, como va en consonancia con los mercados financieros, se toma como referencia en otros muchos casos, unas veces tal cual y otras utilizándolo como base sobre la que establecer un diferencial. Este segundo caso es el de las típicas cláusulas de pago por descubiertos bancarios, que suelen fijar como «castigo» por tener la cuenta en descubierto el interés legal incrementado en puntos, o el de la devolución de facturas de teléfono, gas, etc., en las que también se establecen condiciones similares.